
El 12 de noviembre, San Margarito Flores perdió la Vida en el pueblo de Tulimán Guerrero. Murió con el, el Comisario del lugar, don Cruz Pineda, quien se negó a abandonar a su suerte al padre Margarito.
Aquí les dejo un relato muy interesante, dejado por la hija del Comisario, de nombre Anselma Pineda.
Cruz Pineda (comisario de 1927)
Cuando el comisario, don Cruz Pineda, supo que ya traían al padre Margarito de Atenango a Tulimán, era de mañana al punto que le avisaron unas personas que vieron como traían al padre, el se puso en camino, su esposa le decía que mejor se escapara. Cuando los soldados fueron a buscarlo, él ya estaría lejos, pero el se negó, dijo que si mataban al padre, él moriría junto con él. Entonces, se despidió de su familia y se fueron rumbo a la comisaría, donde se encuentra ubicado el puente del arroyo seco, se encontró con el padre Margarito, viendo como la tropa lo traía todo ensangrentado, con los pies destrozados, casi muerto de tanto dolor.
Cuando el guía que había llevado al padre a Atenango, que también lo traía la tropa vio a don Cruz, le dijo a los soldados: “ese es el comisario, quien me encomendó llevar al padre a Atenango”, inmediatamente apresaron al comisario, e igual lo llevaron preso donde moriría, como asesinarían al padre. A él lo tuvieron detenido donde hoy es la clínica y al padre a un costado de la Iglesia.
Las personas de dinero encabezadas por doña Emilia Peralta, se dieron cuenta que tenían como reos al padre y al comisario, fueron a ofrecerle dinero al general Manzo, quien esta al mando de los soldados para que los liberaran, pero esto de nada sirvió, lo que ocurrió fue que se apresuró la ejecución del padre, por temor a que la gente se agrupara y liberaran a la fuerza a los reos. Cuando una hermana del comisario llamada Merenciana Pineda, supo que a su hermano lo tenían preso, no le importo pasar por en medio de las tropas, ella se armo de valor y abriéndose paso recibiendo golpes qué le daban los soldados con sus armas, ella llegó donde estaba su hermano y lo abrazó y llorando le pedía que se disculpara con los soldados para que lo liberaran, don Cruz se negó y volvió a decir: “SI MATAN AL PADRE, A MÍ TAMBIÉN QUE ME MATEN”, en ese momento que el padre miró a don Cruz, que también estaba al resguardo de los soldados, le comentó: “ALLÁ NOS VEREMOS EN EL CIELO”en ese momento, que el padre Margarito fue trasladado al paredón, y el pidió que lo fusilaran atrás de la iglesia, pidiendo hacer sus últimas oraciones, y cuando llego el momento de que lo fusilaran un soldado se acercó para vendar sus ojos, el Padre no quiso, el soldado le pidió perdón por lo que iban hacer y el padre los perdonó, en una descarga de sus armas, el padre cayó al suelo y murió inmediatamente, los mismos soldados lo levantaron lo llevaron a un costado de la iglesia, no dejaron acercarse a la gente que quería sepultar al padre, los mismos soldados tomaron medidas al cadáver y fueron a excavar una sepultura al panteón, cuando esta estuvo lista, y sin ningún respeto arrastraron el cuerpo del padre hasta el panteón y allí lo sepultaron.
Después de hacer esto, la tropa se llevó al comisario rumbo a donde estaba el cuartel, según ellos le harían un juicio político, ya que como autoridad había desobedecido las leyes promulgadas en ese entonces. Al comisario lo llevaron las tropas y lo fusilaron en el pueblo de Tlapala, en donde gente de allí se encargó de sepultarlo.
Después de un tiempo razonable, y en una temporada en que la lluvia no llegaba y ya era tiempo de siembra, gente piadosa y católica, se acordó que el padre había sido sepultado sin ningún respeto en una fosa, sin ataúd, ni nada que cubriera su cuerpo, al organizarse la gente para ir a exhumar el cuerpo y a unos escasos 80 cm se encontró el cuerpo del padre, aún incorrupto y emanaba sangre. Lo trasladaron a la iglesia de San Agustín, siendo sepultado a un costado del altar mayor. Se hicieron rezos y novenarios en su honor. De un momento a otro la lluvia llegó y hubo abundantes cosechas en ese tiempo.
En el año 1946, los papás y familiares del padre exhumaron los restos y los trasladaron a la ciudad de Taxco de Alarcón donde es originario. Cada 01 de Noviembre, cuando se hace la procesión de los fieles difuntos, se reza una salve en el lugar donde tendieron el cuerpo del padre (bajo el árbol qué se le conoce como el amate, que se encuentra en la parte posterior del lado derecho del templo) y otra salve donde lo fusilaron (en la pared de la parte trasera del altar mayor, donde se encuentran las marcas de las balas que dieron muerte a nuestro santo) donde se elevan oraciones por el alma del padre Margarito.
Gentes de aquella época, aseguraban que en las madrugadas cuando pasaban por atrás de la iglesia, escuchaban como se realizaban una misa al interior de la iglesia. Incluso hubo personas que al abrir la puerta de la iglesia por las mañanas veían al padre en el altar mayor de espaldas y con las manos al cielo, oficiando la misa. Cuando ya era permitido hacer misas se ofrecieron novenas de misas por las almas del padre y del comisario.
Palabras de Doña Anselma Pineda hija de Don Cruz Pineda, Comisario de Tulimán de 1927.

Dejo por aquí la imagen de don Cruz, sin editar, para que la puedan utilizar, suplicando se cite la fuente.

Tulimán se encuentra en el estado de Guerrero. sobre la autopista del sol, México- Acapulco, de norte a sur, después de pasar la Caseta de Paso Morelos, unos 20 minutos de camino mas adelante, esta un retorno que nos deja en el pueblo de Tulimán, en la Iglesia principal, la de San Agustín, fue que ocurrió la muerte de San Margarito Flores.